lunes, 23 de febrero de 2015

LA MUERTE DESDE LOS DIFERENTES ENFOQUES PSICOLOGICOS


La muerte es un evento que marca y da un significado a nuestra vida. Es el último momento de nuestro existir. Las actitudes hacia la muerte varían según la cultura, edad y creencias religiosas. La manera en como afrontamos tal hecho es distinta entre un ser y otro y cuando el proceso de adaptación se lleva con un tipo de acompañamiento también podemos ver diferencias. En la actualidad, creemos que sabemos y conocemos del tema de la muerte, pero la realidad es que es un tema desconocido. 


Las diferentes corrientes psicológicas nos hablan la de concepción que tienen de la muerte según su perspectiva, en el caso del psicoanálisis Freud señala en su artículo "De Guerra y Muerte" el contraste entre "la actitud cultural-convencional hacia la muerte" que implica el reconocimiento de que vamos a morir, como algo natural e inevitable, y el comportamiento que se expresa como "la inequívoca tendencia a hacer a un lado la muerte, a eliminarla de la vida". Hay entonces frente a la muerte, distintos modos de saber. Se sabe de la muerte, pero al mismo tiempo se la desconoce. Para Freud la muerte propia no se puede concebir. Cuando intentamos hacerlo, en verdad sobrevivimos como observadores. La experiencia psicoanalítica nos enseña que "nuestro inconsciente no cree en la muerte propia, se conduce como si fuera inmortal". Admite la muerte y al mismo tiempo la desmiente como irreal. No hay inscripción de la muerte propia, no hay simbolización de ella, no se sabe qué es. Sin embargo la muerte habita nuestras vidas como posibilidad.

En cuanto a la psicoterapia Guestalt, Frits Perls en su libo “El enfoque guestáltico; testimonios de terapia” nos dice que “La idea de la terapia guestáltica es convertir a las personas de cartón en personas de verdad.” (Perls, 2008, p. 119) En este mismo texto, Perls apunta que los seres humanos nos hemos vuelto fóbicos hacia el dolor y el sufrimiento. Evitamos todo aquello que no es agradable y con ello evitamos el crecimiento. Somos poco tolerantes ante la frustración y no estamos preparados para encarar con honestidad situaciones desagradables. Al no enfrentarlas las dejamos sin terminar, lo que Perls llama “asuntos inconclusos” que claman por ser completados para cerrar la Guestalt; esa totalidad que sin organización se convierte en pedazos de un todo, que diseminados son difusos, no alcanzan a ser una figura definida y sin conclusión nos distrae de vivir en el aquí y en el ahora.


En la Terapia Familiar Sistemica partiendo de la definición del duelo de Bowlby, podemos definir el duelo familiar como el “proceso familiar que se pone en marcha a raíz de la pérdida de uno de sus miembros”. La mayoría de pérdidas significativas se producen en el contexto de una unidad familiar, y es importante considerar el impacto de una muerte en todo el sistema familiar.

La mayoría de las familias tienen un equilibrio homeostático y la pérdida de una persona significativa en ese grupo familiar puede desequilibrar dicha homeostasis y hacer que la familia sienta dolor y busque ayuda. Para poder ayudar a una familia, antes, durante y después de la muerte, es importante, tener un conocimiento sobre la configuración total de la familia, así como la posición funcional que ocupaba la persona fallecida. El concepto de terapia familiar se basa en la creencia de que la familia es una unidad de interacción en la que todos los miembros se influyen entre sí. No es suficiente tratar a cada persona en relación con el fallecido y trabajar su duelo sin relacionarlo con toda la red familiar. Las características de los miembros individuales ayudan a determinar el carácter del sistema familiar, pero este sistema es más que la suma de sus características individuales.


Para la terapia Cognitivo-Conductual el objetivo será explorar las creencias de la persona en duelo y asegurarse de la racionalidad de las mismas. Según el modelo de Bowlby, el procesamiento cognitivo de la pérdida influye en la elaboración del duelo (Nomen 2007). El sujeto desarrolla una disociación cognitiva entre lo que describe (cómo fue el hecho, las relaciones con lo perdido, los lazos afectivos, etc.) y las percepciones que se activan durante el proceso (Bowlby, 1980). Ramsay habla de un patrón poro el que el sujeto mantiene un esquema cognitivo de idealización de la persona perdida, y errores cognitivos como la maximización de recuerdos negativos, la minimización de recuerdos positivos, visión catastrofista sobre lo mal que se pasa al recordar la pérdida, la culpa por haber realizado o dejado de hacer ciertas tareas e incluso culpa por haber experimentado ciertos sentimientos negativos (Ramsay, 1977).


Después de conocer la perspectiva psicoanalítica, gestáltica, la sistémica y la cognitivo-conductual, podemos identificar el abordaje que emplea cada una de estas corrientes. Independientemente de cada una de los enfoques el objetivo principal es lograr en el doliente encontrar el equilibrio y la adaptación a la nueva vida tras el evento traumático restableciendo así la salud mental de los deudos.

Sandra De La Torre

 

 

 

 

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