martes, 24 de febrero de 2015

ASOCIACIONES CIVILES JALISCO


Asociaciones Civiles que apoyan a los dolientes en proceso de duelo y cuidados paliativos en Jalisco


 


Centro San Camilo


Su misión es proporcionar acompañamiento en las dimensiones personales y relacionales a las personas que llegan al Centro San Camilo en busca de ayuda, porque sienten que la situación que están viviendo rebasa sus capacidades y no encuentran la solución o  piensan que su vida carece de sentido.




 


Hospice Cristina


Proporcionar Cuidados a las personas y a las familias que atraviesan por crisis de enfermedad, de una forma preventiva, de intervención, rehabilitación y paliación, para darles calidad de vida.



lunes, 23 de febrero de 2015

LA MUERTE DESDE LOS DIFERENTES ENFOQUES PSICOLOGICOS


La muerte es un evento que marca y da un significado a nuestra vida. Es el último momento de nuestro existir. Las actitudes hacia la muerte varían según la cultura, edad y creencias religiosas. La manera en como afrontamos tal hecho es distinta entre un ser y otro y cuando el proceso de adaptación se lleva con un tipo de acompañamiento también podemos ver diferencias. En la actualidad, creemos que sabemos y conocemos del tema de la muerte, pero la realidad es que es un tema desconocido. 


Las diferentes corrientes psicológicas nos hablan la de concepción que tienen de la muerte según su perspectiva, en el caso del psicoanálisis Freud señala en su artículo "De Guerra y Muerte" el contraste entre "la actitud cultural-convencional hacia la muerte" que implica el reconocimiento de que vamos a morir, como algo natural e inevitable, y el comportamiento que se expresa como "la inequívoca tendencia a hacer a un lado la muerte, a eliminarla de la vida". Hay entonces frente a la muerte, distintos modos de saber. Se sabe de la muerte, pero al mismo tiempo se la desconoce. Para Freud la muerte propia no se puede concebir. Cuando intentamos hacerlo, en verdad sobrevivimos como observadores. La experiencia psicoanalítica nos enseña que "nuestro inconsciente no cree en la muerte propia, se conduce como si fuera inmortal". Admite la muerte y al mismo tiempo la desmiente como irreal. No hay inscripción de la muerte propia, no hay simbolización de ella, no se sabe qué es. Sin embargo la muerte habita nuestras vidas como posibilidad.

En cuanto a la psicoterapia Guestalt, Frits Perls en su libo “El enfoque guestáltico; testimonios de terapia” nos dice que “La idea de la terapia guestáltica es convertir a las personas de cartón en personas de verdad.” (Perls, 2008, p. 119) En este mismo texto, Perls apunta que los seres humanos nos hemos vuelto fóbicos hacia el dolor y el sufrimiento. Evitamos todo aquello que no es agradable y con ello evitamos el crecimiento. Somos poco tolerantes ante la frustración y no estamos preparados para encarar con honestidad situaciones desagradables. Al no enfrentarlas las dejamos sin terminar, lo que Perls llama “asuntos inconclusos” que claman por ser completados para cerrar la Guestalt; esa totalidad que sin organización se convierte en pedazos de un todo, que diseminados son difusos, no alcanzan a ser una figura definida y sin conclusión nos distrae de vivir en el aquí y en el ahora.


En la Terapia Familiar Sistemica partiendo de la definición del duelo de Bowlby, podemos definir el duelo familiar como el “proceso familiar que se pone en marcha a raíz de la pérdida de uno de sus miembros”. La mayoría de pérdidas significativas se producen en el contexto de una unidad familiar, y es importante considerar el impacto de una muerte en todo el sistema familiar.

La mayoría de las familias tienen un equilibrio homeostático y la pérdida de una persona significativa en ese grupo familiar puede desequilibrar dicha homeostasis y hacer que la familia sienta dolor y busque ayuda. Para poder ayudar a una familia, antes, durante y después de la muerte, es importante, tener un conocimiento sobre la configuración total de la familia, así como la posición funcional que ocupaba la persona fallecida. El concepto de terapia familiar se basa en la creencia de que la familia es una unidad de interacción en la que todos los miembros se influyen entre sí. No es suficiente tratar a cada persona en relación con el fallecido y trabajar su duelo sin relacionarlo con toda la red familiar. Las características de los miembros individuales ayudan a determinar el carácter del sistema familiar, pero este sistema es más que la suma de sus características individuales.


Para la terapia Cognitivo-Conductual el objetivo será explorar las creencias de la persona en duelo y asegurarse de la racionalidad de las mismas. Según el modelo de Bowlby, el procesamiento cognitivo de la pérdida influye en la elaboración del duelo (Nomen 2007). El sujeto desarrolla una disociación cognitiva entre lo que describe (cómo fue el hecho, las relaciones con lo perdido, los lazos afectivos, etc.) y las percepciones que se activan durante el proceso (Bowlby, 1980). Ramsay habla de un patrón poro el que el sujeto mantiene un esquema cognitivo de idealización de la persona perdida, y errores cognitivos como la maximización de recuerdos negativos, la minimización de recuerdos positivos, visión catastrofista sobre lo mal que se pasa al recordar la pérdida, la culpa por haber realizado o dejado de hacer ciertas tareas e incluso culpa por haber experimentado ciertos sentimientos negativos (Ramsay, 1977).


Después de conocer la perspectiva psicoanalítica, gestáltica, la sistémica y la cognitivo-conductual, podemos identificar el abordaje que emplea cada una de estas corrientes. Independientemente de cada una de los enfoques el objetivo principal es lograr en el doliente encontrar el equilibrio y la adaptación a la nueva vida tras el evento traumático restableciendo así la salud mental de los deudos.

Sandra De La Torre

 

 

 

 

jueves, 12 de febrero de 2015

LA MUERTE EN LA CULTURA CONTEMPORANEA



La muerte da sentido a la vida, pero la vida, con su vertiginoso remolino de emociones, amores y encuentros tiende a hacernos difícil el comprender y aceptar la muerte. La muerte es un fenómeno común de todos los seres vivos, incluido los humanos, la muerte no distingue de razas, color, religión ni posición económica, sin embargo cada ser humano la experimenta con sus distintas variaciones y de manera particular.


Hasta hace algunas décadas, la muerte era casi exclusivamente un algo dictado por la naturaleza o las paupérrimas condiciones de vida de cada hombre. Con el paso del tiempo y el devenir epidemiológico y demográfico de la transición de salud, la ocurrencia de la muerte se modificó, pero también cambió la intervención que la ciencia médica podía realizar sobre ella. Esto dio origen al surgimiento de movimientos sociales en pos de una muerte alejada del sufrimiento y con un mayor protagonismo por parte del falleciente (lo que corresponde a la eutanasia y el suicidio asistido), pero también se permitió el desarrollo del cuidado paliativo como alternativa a lo anterior y como posibilidad para ejercer un derecho a la muerte digna y contrarrestar al encarnizamiento terapéutico.


En la actualidad cuando se piensa en nuestra propia muerte, lo único que se desea es no sufrir, no tener ningún tipo de dolor y no sentir, sin embargo, es importante mencionar que el dolor y el sufrimiento estarán presentes si no se tiene realmente una conciencia de finitud y si los apegos están muy arraigados.


Para hacer frente a este acontecimiento inminente en la vida de todo ser humano, es necesario reflexionar y sobre todo actuar en torno a que cómo queremos que se lleve ese gran evento, dónde los protagonistas y de alguna manera anfitriones seremos nosotros mismos, lo que quiero decir con esto, es que nosotros en vida podemos comenzar a planear lo que deseamos para nuestra propia muerte, es decir trabajar en nuestro testamento vital, donde por medio de nuestra voluntad anticipada podremos asegurar el respeto de nuestra autonomía y a nuestra dignidad como ser humano, en otras palabras, hacer valer nuestra voluntad en distintos sentidos, tal cual somos, seres humanos integrales contemplando todas las dimensiones del ser humano: física, espiritual, social y psicológico.


Hace tan solo algunos años atrás, la manera de morir no tenía muchas opciones, la gente de aquellos tiempos moría enferma, en algún accidente o catástrofe sobrenatural. En la actualidad hasta el tema de la muerte se ha diversificado logrando la existencia distintas variantes como: homicidios, muerte por ajuste de cuentas, desaparecidos, y las que se salen del pensamiento “nadie sabe, ni el día ni la hora”, como son los suicidios que vemos el alarmante aumento de cifras, sobre todo en jóvenes, la eutanasia (acto o la misión que su naturaleza o intención provoca la muerte para aliviar un dolor) que pareciera que es un tema aislado, se practica más de lo que imaginamos, y del suicidio asistido, (el paciente esta consiente, no tiene una enfermedad terminal y pide solo que ayude a morir) donde el paciente enfermo considera haber agotado sus recursos y cansado de los síntomas, dolores y limitaciones desea poner fecha a su muerte.


De allí la relativa ineficacia de muchos debates destinados a confrontar posiciones para arribar a normas de conducta. De allí la proliferación de innumerables movimientos que invocan el derecho a la muerte, que alegan en favor de la muerte con dignidad, de la muerte electiva, de la muerte dulce y de la muerte con ayuda. En Internet son numerosos los anuncios desorganizaciones que proveen ayuda y consejo para quienes deseen integrar movimientos pro-suicidio asistido o pro-eutanasia activa. Las revistas médicas acogen cada vez con mayor frecuencia estudios y trabajos relacionados con las conductas terapéuticas frente a quienes van a morir.


El personal sanitario se va enfrentado a demandas extremas en cuanto al "estrés decisional" que supone tomar medidas en un entorno incierto, amenazado por la posibilidad de ser acusado de mala práctica, culpado de no haber hecho  lo suficiente o enfrentado a la escasez de medios técnicos.


Ambos son temas delicados que han sido tema de muchos debates, donde no se ha logrado unificar los criterios para hacer legal en México ninguna de estas dos practicas.


El mejor argumento contra la eutanasia y suicidio asistido siempre será el testimonio de miles de hombres y mujeres en circunstancias difíciles e incluso extremas que, apoyándose mutuamente, con la ayuda de sus valores, su familia, amigos o profesionales demuestran día a día que la dignidad del hombre les lleva a vivir y enriquecer la vida de otros que como Tanatólogos ese es nuestra misión.




Escrito por:
Sandra Guadalupe De La Torre Bueno





miércoles, 4 de febrero de 2015

ACTITUDES FRENTE A LA MUERTE

La muerte ha sido siempre, es y será para el hombre, un tema de profundas reflexiones y meditaciones, desde la perspectiva religiosa, filosófica, social, médica, entre otras. Y tal como se menciona anteriormente y como es bien sabido que lo único que tenemos seguro en esta vida, es nuestra muerte, es una realidad, algún día moriremos.


En la actualidad es más difícil el convivir o aceptar la muerte lo cual refleja una actitud hacia la misma, influyendo directamente en la conducta del doliente o el enfermo, estas actitudes se relacionan con creencias, emociones, sentimientos y necesidades del ser humano.


“De lo que podemos observar a nuestro alrededor, las actitudes de los seres humanos ante esta realidad y destino son inevitables, son muy variadas”.


Retomando el texto anterior, las actitudes que tiene el ser humano ante esta realidad inminente son variadas y dependen mucho de la edad de cada individuo y sobre todo del manejo emocional interno de cada persona resumiéndolo en una sola palabra: Miedo, de ahí se desprenden los principales miedos a la muerte como son; el miedo a lo desconocido, el  miedo al dolor y el miedo a dejar todo lo que amamos en esta vida.


Nuestras creencias y sentimientos influyen directamente en nuestra actitud hacia la muerte, y nuestra conducta o manera de dirigirnos personal y socialmente se ven influidas por esa actitud, de ahí la importancia de la ACTITUD que mostramos ante la vida y la muerte.


Cuando hablamos de las actitudes hacia la muerte encontramos dos estadios antagónicos: LA TANATOFOBIA (con el temor y la negación de la muerte) y LA TANATOFILIA (con el deseo enfermizo de morir), junto a dos niveles intermedios; uno que afronta la realidad de la muerte de forma racional y juiciosa, sin incurrir en negaciones absurdas (que sería la opción más saludable) y otra que incurre por derroteros de verdadera angustia hacia la muerte, evitando incluso su mera evocación, lo cual en el fondo es un verdadero sin vivir, puesto que ya no es la muerte sino la propia consciencia de la muerte lo que constituye un problema no pudiéndose mirar ya cara a cara a la muerte, "a la muerte igual que al sol, no se la puede mirar de frente más allá de unos segundos"  olvidando que esta es una parte natural de la vida.


En la actualidad vivimos en una sociedad TANATOFÓBICA donde hasta los mismos médicos y personal de la salud temen a la muerte, mismos que están preparados para recibir la vida y restaurar la salud y no están preparados en el manejo en el tema de la muerte.


A continuación algunos aspectos que han favorecido un cambio en la actitud hacia la muerte:


CAMBIOS SOCIOCULTURALES:
Las actitudes hacia la muerte podemos diferenciar dos momentos bien distintos en la forma de vivencia de la muerte: uno previo a su INSTITUCIONALIZACIÓN (hospitalaria), en el que la muerte no infunde miedo porque esta es aceptada como parte del proceso natural de la existencia. Y otro, cuando debido al desarrollo y extensión de las primeras estructuras hospitalarias comienza a ser una institución, El HOSPITAL, el lugar reservado para morir. En la actualidad, a la muerte y al morir de todos nuestros más inconfesables temores, la hemos desterrado apartándola de nuestra propia existencia, sacándola de nuestras casas, eliminándola incluso de nuestro lenguaje, porque se cree que mencionándola, la invocamos.


UNA MENOR TOLERANCIA A LA FRUSTRACION:
Debido a esta falta de tolerancia a la frustración pocos admiten hoy la concepción del mundo o la vida como "un valle de lágrimas" y el decir, cuando alguien muere, se escuchan frases como… "pasó a mejor vida" que no deja de ser una frase hecha, una ironía para la mayoría de la gente.


EL AUMENTO DE LA ESPERANZA DE VIDA:
Lo que ha traído el restársele cotidianeidad a la muerte, apuntalándose así la íntima fantasía o coqueteo con la inmortalidad que todos en el subconsciente somos inmortales. Esta fantasía colectiva ha devenido en una especie de delirio de inmortalidad que hace incluso apartar a los cementerios del medio urbano, en la complicidad de que así la muerte no nos alcanzará.


EL CULTO A LA JUVENTUD:
Vivimos en una sociedad  en la que los medios de comunicación nos bombardean una y otra vez con el paradigma y modelo de gente a imitar: jóvenes. Por tal razón, vemos personas adultas, sometiéndose a cirugías costosas y riesgosas para lucir más JOVENES Y BELLAS. Muchas veces para lograr competir con los auténticos jóvenes.


En la actualidad existen varias razones por las que no aceptamos el fenómeno de la muerte pero desde mi punto de vista todo radica en la falta de preparación, conocimiento y sobre todo aceptación en torno a este tema. Este especio es una invitación a un cambio de actitud hacia la muerte y el hecho de leer este blog y este artículo es un paso el logro de ese cambio.

Escrito por:
Marcela Esmeralda De La Torre Bueno.