jueves, 18 de diciembre de 2014

CURSOS



PROGRAMA DE CURSOS SAN CAMILO 2015


 


 


LOGOTERAPIA
Psicología humanista
Inicio: Lunes 12 de enero
Horario: 10:00 a 13:30 hrs




SOLTANDO APEGOS
Desarrollo Psicológico
Inicio: Miércoles 14 de enero
Horario: 17:00 a 19:00 hrs
 


RISATERAPIA
Talleres de expresión corporal
Inicio: Miércoles 14 de enero
Horario: 09:00 a 12:30 hrs


 
HOLOTERAPIA
Ciencia y arte de la felicidad
Inicio: Jueves 15 de enero
Horario: 10:00 a 13:00 hrs


 
VIOLENCIA DÓMESTICA
Desarrollo humano y familia
Inicio: Viernes 16 de enero
Horario: 10:00 a 13:00 hrs


 
MANEJO DE EMOCIONES
Desarrollo Psicológico
Inicio: Viernes 16 de enero
Horario: 16:30 a 19:00 hrs


 
VIVE TU VIDA O LA VIDA TE VIVE A TI
Desarrollo Psicológico
Inicio: Viernes 16 de enero
Horario: 11:30 a 13:30 hrs


 
LIDERAZGO I
Grupos de humanización
Inicio: Sábado 17 de enero
Horario: 10:00 a 13:00 hrs


 
SER PADRES
Desarrollo Humano
Inicio: Sábado 17 de enero
Horario: 17:00 a 20:00 hrs


 
CUIDADO DEL ANCIANO
Cuidando a mi familiar de la tercera edad
Inicio: Lunes 19 de enero
Horario: 10:30 a 13:30 hrs



CODEPENDENCIA
Desarrollo Humano VS Sufrimiento
Inicio: Lunes 19 de enero
Horario: 16:30 a 19:30 hrs



HISTORIA Y ARTE DE ESPAÑA
Prehistoria-Celia-Griega-Romana-Visigoda
Inicio: Lunes 19 de enero
Horario: 17:30 a 18:45 hrs


 
INTELIGENCIA ESPIRITUAL
Desarrollo humano
Inicio: Martes 20 de enero
Horario: 10:00 a 13:00 hrs


 
NUTRICIÓN BÁSICA
Talleres de Nutrición
Inicio: Martes 20 de enero
Horario: 11:30 a 13:30 hrs


 
SUICIDIO
Formación en acciones preventivas
Inicio: Martes 20 enero
Horario: 16:00 a 20:00 hrs



DESARROLLO HUMANO EN LA FAMILIA
Hacia una familia integral
Inicio: Miércoles 21 de enero
Horario: 10:00 a 13:00 hrs


 
LA AUTOESTIMA
Desarrollo Humano
Inicio: Jueves 22 de enero
Horario: 10:00 a 13:00 hrs



GENERANDO ÉXITO PERSONAL
Personas exitosas
Inicio: Jueves 22 de enero
Horario: 17:00 a 20:00 hrs


 
ENTRE EL DOLOR Y LA ALEGRIA DE VIVIR
Desarrollo Humano
Inicio: Martes 3 de Febrero
Horario: 11:00 a 12:30 hrs




OBRAS DE LA MISERICORDIA
Desarrollo de la vida espiritual
Inicio: Viernes 6 de Febrero
Horario: 20:00 a 21:30 hrs


 
ENTRE EL DOLOR Y LA ALEGRIA DE VIVIR
Desarrollo Humano
Inicio: Martes 3 de Febrero
Horario: 11:00 a 12:30 hrs
 


EDUCARNOS A LA VIDA CRISTIANA
Desarrollo de la vida espiritual
Inicio: Jueves 19 de Febrero
Horario: 20:00 a 21:30 hrs




Av. Pablo Casals 2983 entre Bonifacio Andrada y Ricardo Palma
Col. Prados Providencia Guadalajara, Jalisco
Tel: 3640-4090
www.camilos.org.mx





 

 

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 15 de diciembre de 2014

SENTIDO DE SUFRIMIENTO







Para hablar de este tema tomaré como referencia las experiencias que vivió un hombre llamado Víctor Frankl en un campo de concentración que a pesar de lo que vivió nunca bajo la cabeza y siempre con dignidad y esperanza trató de ayudar a las personas que estaban con él viviendo en las mismas condiciones y sufrimiento al encontrar un sentido a su vida, manifestando un pensamiento y un estilo de vida con un enfoque espiritual.
Nunca nos hubiéramos imaginado como seria la vida en un campo de concentración si no fuera por este admirable hombre. Los prisioneros eran humillados y maltratados psicológica y emocionalmente, vivían en pésimas condiciones, ya que no comían adecuadamente y no dormían, el único escape que tenían de esa realidad que estaban viviendo eran los sueños, además de vivir con la incertidumbre día a día sin saber si el día de mañana estarían vivos. Muchos de los prisioneros nunca se vencieron lo único que los hacía que pudieran vivir, más que la comida y el sueño eran las ganas de vivir, al final era lo único que tenían. La esperanza, las fuerzas internas y la fe era lo único que los motivaba y si alguien intentaba quitarles eso, ya no tenían nada.
Habían perdido su trabajo, sus pertenencias, sus familias y estaban en el proceso de perder sus vidas, ya estaban perdiendo el sentido de vivir.
La vida en el campo de concentración fue un desfile de sentimientos, sensaciones, emociones y actitudes experimentados por cada uno de los prisioneros atravesando varias etapas: shock, adaptación, apatía, insultos, hambre, ausencia de sentimentalismos, humor, soledad, irritabilidad, desahogo, sufrimiento.
Los temas de conversación entre prisioneros se eran de política y creencias religiosas, las oraciones entre los prisioneros se convirtieron en un ritual diario en el camino del trabajo al campo de concentración.
En el campo de concentración todos se conformaban con poco, ya que tenían que estar satisfechos de estar aún con vida. Ellos se sentían vacíos y lo único con lo que contaban era con lo que les quedaba de vida, ya que ellos sabían que podrían morir en unas semanas, el día de mañana, incluso esa misma noche. La experiencia más fuerte que ellos pudieron vivir fue la incertidumbre de saber si sobrevivirían, el prisionero que perdió la fe en el futuro, estaba condenado.
La fe que tuvieron cada uno de los prisioneros y su deseo de ser liberados fue cumplido, se volvió realidad.
Una mañana simplemente todo cambio, ya eran libres, pero al ser liberados se enfrentaron también a otro tipo de sentimientos y actitudes. Muchos de los prisioneros no sintieron alegría, perdieron la capacidad de alegrarse debido al miedo de volverse a enfrentar a otra realidad que ya habían olvidado, incluso sentimientos positivos que ya habían olvidado.
El fenómeno que había ocurrido con aquellas personas es denominado como lo llamamos en psicología  “despersonalización”, es una alteración de lo que uno siente y vive de tal manera que uno se siente "separado" de la conexión mente-cuerpo, es como si nos viéramos a nosotros mismos externamente. El hombre tras vivir tantos años en cautiverio puede sufrir de daño en su salud psíquica ya que tenían que adaptarse nuevamente a las leyes y normas de la vida anterior, justificaban su conducta en las experiencias que habían vivido diciendo que los habían marcado, pero eso no era todo ya que en ellos genero otros sentimientos como la amargura y la desilusión.
  
Con la experiencia que nos comparte Victor Frankl podemos deducir que el dolor es igual a cualquier sufrimiento físico, moral o espiritual y que el dolor es acompañante de buena parte de la vida de todo hombre, en cualquier etapa de nuestra vida, algunos sufren desde edades tempranas, otros en edades tardías, pero el dolor, el sufrimiento siempre van de la mano de nosotros. Para poder definir el dolor se requieren dos cosas: la presencia de un mal (enfermedad, muerte, duelo, pérdida de sentido, soledad, miserias, culpas, crisis existenciales, entre otros males) y el conocimiento de tal presencia.
El sufrimiento - el dolor va más allá de lo físico. Debemos distinguir entre sufrimiento físico y moral dividiendo al hombre en su dualidad: cuerpo y espíritu. Generalmente asociamos el dolor a algo que percibimos en nuestro cuerpo dolor físico, olvidándonos del dolor moral, psicológico, el dolor que afecta al alma. El sufrimiento moral no es ciertamente menor que el físico, aunque está menos identificado y menos alcanzado por las resistencias del mismo ser humano.
   
El sufrimiento - el dolor despierta valores fundamentales del mismo enfermo o doliente y de quienes los rodean, como son: la solidaridad, el amor humano y cristiano, pero también la manifestación de diversas formas de odio, violencia, crueldad, desprecio por el hombre, o las formas de la mera insensibilidad, es decir, la indiferencia hacia el prójimo y sus sufrimientos. Esta “bipolaridad” da sentido al sufrimiento. De tal manera que podríamos decir que el sufrimiento inevitable es una llamada a quien lo padece para hacer de él un bien; y quienes le rodean, están llamados a “hacer un bien a quien sufre”.     
En el ser humano prevalece la tendencia a apreciar o dar sentido a la vida sólo en la medida en que produce placer y bienestar. En defensa a esta postura surge entonces la idea de eliminar el sufrimiento  ya sea físico o moral desde su raíz, “en nuestra mente” creando una cultura que no ve en el sufrimiento ningún significado o valor; sino por el contrario es un “mal” que debe eliminarse de nuestro vocabulario, de nuestra vida a toda costa.      
Dice Víctor Frankl “el hombre madura en el dolor y crece en él; y estas experiencias desgraciadas le dan mucho más de lo que habrían podido darle grandes éxitos amorosos”.  
    
Es importante cambiar la idea de que el sufrimiento es una maldición, un castigo, simplemente es parte de la vida. Generalmente es más cómodo atribuirle la responsabilidad de nuestras vidas, de nuestras malas decisiones a Dios, al destino, a la magia, a lo que dicen las estrellas por medio de los horóscopos. El origen del sufrimiento parte de tres fenómenos: la naturaleza, las leyes de la naturaleza y la libertad de las decisiones humanas. La naturaleza nos dice que no somos eternos, nacemos, enfermamos, envejecemos y morimos. Con las leyes de la naturaleza nos referimos a cosas como la gravedad, la herencia, las leyes de la química, leyes de la física donde encontramos que el hombre no puede influir pues sobre pasa sus capacidades. La libertad es lo que nos lleva a tomar nuestras propias decisiones, algunas veces buenas, muchas más malas, pero es aquí es donde en nosotros recae la responsabilidad de las consecuencias de nuestras acciones así que con esto podemos decir que ni  Dios, el destino, la magia o horóscopos influyen de manera directa ni indirecta en los eventos que generan sufrimiento en la vida del ser humano.
El sufrimiento es un aspecto de la vida que no puede erradicarse, como no pueden apartarse el destino o la muerte. Sin ellos la vida no sería completa, sin ellos la vida no tiene sentido, sin ellos la vida seria monótona y aburrida.
Debemos afirmar la cultura de la vida. En ella, el dolor “puede contribuir al perfeccionamiento de la persona, pues le ayuda a preguntarse por el sentido de su vida y, de esa forma, puede colaborar a la felicidad personal”.
    
Se ha observado como el ser humano reacciona de diferentes formas a diferentes situaciones dependiendo a la capacidad de afrontamiento que ha adquirido a lo largo de su vida. La realidad es que podemos curarnos del dolor, del sufrimiento y eso lo logramos cuando aceptamos el hecho de la pérdida, de la enfermedad o lo que nos esté provocando ese sufrimiento que creemos no poder manejar.
David Rulon dice: “El tiempo nos ayuda a aliviar nuestras penas, a aceptar lo que no se puede cambiar, y en ese periodo pensamos y reflexionamos acerca de nuestras pérdidas, el dolor va disminuyendo paulatinamente y encontramos la resignación; cuando esto sucede, se termina el enojo, las dudas, los miedos y logramos una paz interior para continuar la vida”.
Muchas veces como humanos nos damos por vencidos ante situaciones difíciles y perdemos el sentido real de nuestra vida, pero después de leer lo que transmite un autor como Víctor Frankl, podría cambiar la perspectiva y la visión de la vida a una lucha constante. Su historia de vida es de gran relevancia ya que como humanos creemos haber perdido el valor a nuestras vidas, el nos demuestra que cualquier ser humano puede encontrar un sentido de vida para enfrentar determinada problemática o situación, nos olvidamos que tenemos una misión en este mundo una razón para estar aquí, pero no sabemos cuál y como actuar, en alguna de las líneas encontramos la respuesta “Quien tiene un porque para vivir, encontrará casi siempre el cómo”.
 
El relato de este libro es un análisis de uno o más casos psicológicos ante un una catástrofe colectiva vivida, la cual deja un gran aprendizaje.
El sufrimiento siempre nos lleva a reflexionar y valorar lo que tenemos a nuestro alrededor como vida, salud, familia, trabajo relaciones entre otras, acción que sin sufrimiento difícilmente realizamos, también en el sufrimiento descubrimos nuevos valores; la humildad, la paciencia, el aprecio y respeto y la solidaridad.
Se dice que después de una crisis viene una oportunidad, yo digo que después del sufrimiento viene la búsqueda de sentido y ambas nos pueden llevar a la madurez mental, a la madurez espiritual, es decir al enriquecimiento de la persona.
No olvidemos que el sufrimiento es inevitable pues somos seres humanos expuestos a distintas situaciones a lo largo de la vida, y aunque muchas veces no entendamos el “porque” podemos comprender su sentido, y esta comprensión puede hacer del dolor un camino de crecimiento y plenitud. Si la persona logra encontrar sentido al sufrir, hallará alegría en medio del dolor. En otras palabras el sufrimiento como tal es dramático, pero cuando se aprende a valorar, se convierte en fuente de bien.
 

Escrito por:
Sandra Guadalupe De La Torre Bueno